jueves, 11 de octubre de 2012

Caducidad de los fantasmas


Recientemente he visto tres películas acerca de lo "sobrenatural":  Luces Rojas que me pareció bastante malita aunque no la puedo criticar como se debe porque me quedé dormido al final, El Orfanato, que también se me hizo mala, como hecha de retazos de historias de fantasmas malcosidas y La Dama de Negro, para mi la mejor de las tres, aunque tampoco resulta memorable a menos que  uno sea un niño de 7 años o algo así. Como que es una película hecha con mucho cuidado, sobretodo en la imagen (me gustó mucho la casona enmedio de un mar de lodo) pero que parece que lo que quiere contar no es una historia de fantasmas sino como eran las historias clásicas de fantasmas. Después de esta película me quedé pensando si las historias de fantasmas no estarán perdiendo vigencia. Además lo mismo me pasó con The Ward, vean el post. Pero ¿cómo van a perder vigencia las historias de fantasmas si a fin de cuentas tienen que ver con la vida y la muerte? Al menos Actividad Paranormal 1 no me dio esa impresión de historia vintage. Mi teoría al final de Actividad Paranormal 1 es que es una película que explota el temor a dormir con un extraño. ¿Será que una buena historia de miedo debe explotar algún miedo o culpa que el público tenga por ahí?

La primera vez que escuché de una película que explotaba inconscientemente un miedo o culpa del público fue en una clase de guionismo, el profesor nos platicó de no se que película que explotaba la culpabilidad de los americanos por haber matado y quitado sus tierras a los indios. No me acuerdo cuál era pero de El Resplandor también se dice que explota esa culpabilidad. Entre otras. Ya había escrito de eso en este post. Y pues resulta que en efecto la historia original de La Dama de Negro explota un sentimiento de culpa, pero en la película se lo quitaron. En la novela ( The Woman in Black 1983 de Susan Hill ) se explica que a esta oscura dama le habían quitado a su hijo por ser madre soltera. Así si se entiende que luego ella se dedicara a quitarle sus hijos a las demás familias. A fin de cuentas la sociedad sería la culpable indirecta, por estigmatizar a las madres solteras, de que ella perdiera al suyo. Y además la historia original no tiene esa parte sacarinosa del abogado cara de Harry Potter que perdió a su esposa y quiere acabar con los fantasmas nomás porque extraña a su hijo. Así está más fácil entender que la Dama de Negro sea una historia tan exitosa que antes ya había sido adaptada para una película para la televisión y que tenga una versión en teatro con el récord de ser la segunda obra más duradera del West End londinense. Sólo por atrás de la mítica mousetrap. Porque a esta película quién sabe como le hubiera ido de no haber sido  estelarizada por Daniel Radcliffe. 

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