martes, 5 de febrero de 2013

Sistema y mal olor


Hasta cierto punto Mátalos suavemente es una película crítica con “el sistema”: Presenta una historia situada en 2008, después del estallido de la crisis financiera y hasta la victoria de Obama en las elecciones. Y se escuchan constantemente como trasfondo de radio o televisión a políticos como George Bush, Obama y otros funcionarios. Desde la primera toma en donde la cámara sale por un túnel a un lugar lleno de basura con mucho viento, la película tiene una atmósfera de desolación y crisis. Mientras vemos la historia que gira alrededor de un negocio ilegal de juego controlado por la mafia, se oyen en el fondo declaraciones acerca del rescate de Wall Street, como señalando que arriba o abajo de la economía las cosas en el fondo son iguales. En la escena final, Jackie, el asesino a sueldo interpretado por Brad Pitt, dice que Thomas Jefferson, uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos, es considerado un santo por decir que todos los hombres son iguales; pero que en realidad Jefferson era sólo un esclavista que lo único que quería era no pagar impuestos. Y que mandaba a otros a luchar mientras él se cogía a su esclava negra. Y que los Estados Unidos son un negocio, no un país.

Este final, en el que Jackie dice que lo que Obama está diciendo en la tele acerca de ser un pueblo unido es pura basura, es el punto en que se unen el soundtrack de la historia, con los políticos y las canciones que suenan muy americanas, de Johnny Cash o Cliff “Ukulele Ike” Edwards ( aunque también están The Velvet Underground o Nico), con la historia propiamente dicha en la cual unos delincuentes, casi todos patéticos, platican de temas tan poco agradadables como el sexo en la cárcel. No son para nada tipos glamorosos. Hasta al emisario de la mafia (Richard Jenkins) lo presentan como un tipo gris. Además casi todos, con la gran excepción de Jackie, son unos idiotas. Inclusive a unos asaltantes los identifican porque huelen mal. Uno de los personajes, el australiano Russell (Ben Mendelsohn) es un heroinómano sucio, con aspecto de vagabundo. Frankie (Scoot McNairy) dice que así como va acabará yendo a la cárcel para ver si lo dejan regresar porque tiene frío. Y así por el estilo. Inclusive hay un diálogo en donde el emisario de la mafia dice que ahora en esta se han vuelto lentos y torpes para tomar decisiones.

Pero hasta aquí es a donde llega la crítica, porque si le aplicamos a esta película el dicho de que el mensaje no está en lo que nos dicen sino en lo que vemos, entonces lo que vemos es que en este sistema, en esta América en donde todo mundo está solo, como dice Jackie, lo que habría que hacer es ser como él. No un tipo que quiera cambiar algo sino uno como todos los demás. Sólo que más listo, que no comete errores. Y sobre todo que no deja que los sentimientos interfieran con su negocio. Y que por eso prefiere matar suavemente, es decir, desde lejos (Como en Wall Street donde también les gusta actuar desde lejos). Porque el mundo que presenta Mátalos suavemente es un mundo cerrado, asfixiante, en donde los ladrones le roban a otros ladrones y todos se conocen. Un mundo sin salida en donde la traición es común y ni siquiera por “buenas” razones. Al tipo que organiza jugadas clandestinas de cartas, Markie Trattman, (Ray Liotta) todos lo quieren pero deben eliminarlo no porque haya hecho algo malo (robar a sus clientes) sino porque los jugadores eso piensan y entonces hay que matarlo para complacer a la clientela. Y antes sus amigos le tienen que poner una madriza innecesaria por mera incompetencia de los jefes mafiosos. Al asesino Mickey, que llegó a hacer un trabajo, hay que ponerle una trampa que lo llevará a la cárcel, porque como no suelta la borrachera no puede hacer la chamba y no hay otra forma de deshacerse de él. Y así por el estilo. Es decir, hay que hacerlo porque así son las cosas y punto.


Ver mátalos suavemente es como ponerse a escuchar a tipos ruines y endurecidos con vidas deprimentes durante hora y media, porque es una película basada en diálogos. Pero eso sí, todas las actuaciones son excelentes. Al menos en eso, el director y guionista (aunque la película está basada en una novela) de la cinta, el australiano Andrew Dominik, demuestra capacidad para que todos los actores estén impecables.

2 comentarios:

  1. Andrew Dominik nos ofrece en 'Mátalos suavemente' un thriller intenso, con ritmo, repleto de escenas vibrantes y diálogos frescos, con humor y drama, una película de factura clásica pero que debe gran parte de sus hallazgos a contemporáneos como Tarantino o Michael Mann. La escena entre Brad Pitt y Tony Soprano, James Gandolfini, es soberbia. No es una obra maestra pero defraudará a pocos. Un saludo!!!

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